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USE YOUR ILLUSIONS
Fortuny + Jazz
Pavilion, 10-14 December 2020
Is the retreat into the past pleasurable and harmless, or is it a detriment to current reality?
This exhibition by Margo Fortuny and Ella Jazz is about the escape into memory. Through painting and analog collage, they examine both sides of a specific nostalgia: longing and the haunting of that longing. This haunting leads us to question reality. What initially appears to be an ode to aesthetics and pleasure is in fact rooted in a desire to leave (a harsher reality.) The darker the past the further one must run. To revel in aesthetics is an escape and a painkiller.
Both artists come from big cities far from Los Angeles, but lived there for a time, where they (separately) experienced similar waking dreamstates. Happier, freer identities were awakened by this city. California is these artists' golden side. Perhaps everyone's golden side emerges in this urban Shangri-La. The Southern part of the state is dipped in constant warmth and sunshine, fuelled by dreams, fragrant with jacarandas and jasmin, and bordered by the sea and mountains. Inbetween, yes there is a jungle of freeways, the long bland streets, the multifaceted darkness...but they are overpowered by the stark palm trees jutting into the bright blue sky, the occasional mid-century modern home, a flash of a vintage convertable, and exuberant people riding their dreams like waves. The hope floats through the air.
These artworks not only show the artists' dreamscapes and temporary realities, they pose the question, is memory an illusion or a reality? What purpose does it serve? Can one experience the pleasure of perception without being haunted by its memory?
The artists say, yes, come into our world.
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USE YOUR ILLUSIONS
Fortuny + Jazz
Pavilion, 10-14 de diciembre 2020
¿Es retirarse a una ensoñación pasada inofensivo y placentero? ¿O va en detrimento de la realidad actual?
Esta exposición de Margo Fortuny y Ella Jazz propone la memoria como destino de escape. A través de pinturas figurativas y collages analógicos surrealistas, examinan las dos caras de una nostalgia específica: el anhelo y el hechizo de este anhelo. Este hechizo nos lleva a cuestionar la realidad.
Lo que inicialmente parece ser una oda a lo estético y al placer, está en realidad, enraizado con el deseo de escapar (de una áspera realidad). Cuanto más oscuro el pasado, más uno corre hacia la luz. Lo estético es un escape y un analgésico.
Las dos artistas proceden de grandes ciudades lejos de Los Angeles, pero ambas han vivido allí durante un tiempo y (por separado) experimentaron similares estados de ensoñación descubriendo así otras versiones de sí mismas. Identidades más libres despertadas por esta gran ciudad. California consiguió sacar la mejor versión de estas dos artistas. Quizá la mejor versión de todo aquel que habita sus calles, emerge en esta Shangri-La urbana. El sur del estado está sumergido en una permanente calidez y bañado por interminables rayos de sol, avivado por los sueños, perfumado con el aroma de jacarandas y jazmines y rodeado por el mar y las montañas. En medio de esto, sí, nos topamos con una jungla de autopistas, largas y desaboridas calles y con las diferentes caras de la oscuridad... que a su vez son vencidos por las robustas palmeras sobresaliendo en el brillante cielo azul, la casa ocasional de mediados de siglo, el destello de un descapotable antiguo y gente exuberante surfeando sus sueños como olas. La esperanza flota en el aire.
Estas obras no sólo muestran los paisajes, retiros de ensueño y las realidades temporales de las artistas, si no que nos plantean la cuestión, es la memoria realidad o ilusión? ¿Qué propósito tiene? ¿Puede uno experimentar el placer de la percepción sin ser embrujado por su memoria?
Las artistas afirman que sí, entra en su universo.